
Dedicado al colegio de mi infancia:
Las campanas repican vibrantes,
Calasanz, volteando en tu honor,
y los cirios te ofrecen semblantes
en tu altar su poema de amor;
así quieren tus hijos queridos
sobre el son de las torres cantar
y con besos de amantes latidos
ser los cirios que alumbren tu altar.
Gloria y honor, gloria y amor a Calasanz.
Insigne pedagogo
mentor de juventudes,
espejo de virtudes,
del alma estudiantil;
alumbra nuestras mentes,
inflama nuestros pechos,
de amores y ansias hechos y vida juvenil.
Las campanas repican vibrantes.
Calasanz, volteando en tu honor,
y los cirios te ofrecen semblantes
en tu altar su poema de amor;
así quieren tus hijos queridos
sobre el son de las torres cantar
y con besos de amantes latidos
ser los cirios que alumbren tu altar.
Gloria y honor, gloria y amor a Calasanz.
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